Si no, no lo hagas

Hace un tiempo, pero en otro blog escribí una conclusión que siempre, desde púberes primeros años hasta la actualidad,  he tenido presente y latente en mi mensaje.

Sucede que con el fenómeno de la mensajería instantánea se hizo muy común y en definitiva superficial el preguntar: “¿Cómo estay?, sólo como una costumbre que más me parece tontera trivial que natural adaptación a la tecnología.

Ahora, con los años y la mencionada adaptación en otra etapa de desarrollo el comportamiento cibernauta ha dejado esa pregunta famosa, pero lo sorprendente es que sólo ha sido reemplaza por otras frases similares que de tonta manera la gente cree necesitar para comenzar a entablar una conversación.

Impresionante, antes criticaba con vehemencia la pregunta y la sociedad de alguna forma me dio la razón y dejó de utilizarla en cierto grado, aunque sólo literalmente, porque como dije antes, sólo la han reemplazado por otras.

El fenómeno me sigue llamando la atención porque demuestra un desinterés en el otro de proporciones incalculables. Una actitud que conlleva a un individualismo y excluye así en su escenario la solidaridad bien entendida.

Para iniciar un diálogo basta con saludar, un hola ya crea el nexo. Lo otro debe ser utilizado sólo y exclusivamente si realmente te interesa la respuesta.

Si no, no lo hagas.

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