Welcome to Chilito (2016)

No sé si yo soy muy especial o no. O hago demasiada tontera o que. No sé. Me encantaría encontrar una explicación.
 
Muchos dicen que yo soy demasiado crítico, negativo. Y los soy, pero es que ¿la gente es imbécil? Me cuesta creer como viví en #Chile antes y me cuesta visualizar como me quedaré, a pesar del motivador proyecto en el que estoy involucrado ahora.
 
Hace un año y medio volví a #Chile. Me fui a vivir Puerto Varas para amenizar el cambio. Trabajé en el Diario El Llanquihue allá y ahí perdí todo lo que me quedaba de vocación periodística.
 
Me vine a santiago solo con mochila al hombro. Si no es por los amigos y ciertos familiares no sobrevivo, pero ahí estaban. A duras penas me levanto, de a poco, sin caridad, a puro esfuerzo.
 
Recién llegado a la capital me robaron el cel que tenía. Un lanza, a las 10 pm en la Alameda. Fui a #Carabineros que hay en Plaza Italia y prácticamente se rieron en mi cara, la expresión de los pacos era: “bienvenido al club”.
 
Poco tiempo después nos roban en la casa. Nos estábamos acomodando, una casa que tomamos prácticamente abandonada, puros sobrevivientes, nos hicieron mierda.
 
Alguien me contrató para su productora, yo lo tomé para probar nuevos caminos pero fue un tormento, hasta me terminó cagando con plata el jefe -un tipo que es capaz de ponerse a llorar en plenas discusiones corporativas-, un payaso engrupidor.
 
Uno de esos días me robaron nuevamente. Estoy seguro que fue por medio de drogas, a pesar de las burlas de muchos y del típico mensaje conservador de otros. Me robaron todo.
Surgió la posibilidad de trabajar en un bar. Yo sueño con tener mi restaurante y me pareció una buena opción a pesar del pago miserable y el horario invivible. Trabajé ahí con buena voluntad por meses. Cuando acordamos la salida –yo ya no daba más- se demoraron 2 meses en pagarme lo debido hasta que fui al local con una actitud de acá no me voy sin mi plata.
 
Una noche, en el bar, entraron dos flaites. Uno pistola en mano y otro con un garrote de más de un metro. Repito que incluso entraron al local. Una semana antes unos delincuentes habían intentado hacerle un portonazo a uno de mis housemate.
 
El periodo anterior, desde mí llegada a #Chile, lo transité con una depresión exógena –según lo que investigué, puedo equivocarme-. Eso significa mal carácter, sin ánimo ni energía y muchas de tus características más negativas potenciadas y tus cualidades casi suprimidas. Esa ya es una lucha personal.
 
Hasta hace un mes más o menos. Sentí el cambio, ese proceso había terminado, salí del hoyo y desde entonces estoy con la flecha pa’ arriba.
 
A pesar de eso, del cambio energético experimentado, el sábado me volvieron a asaltar. 4to celular en un año, $500.000 aprox. en total, solo en celulares. Fue en la Alameda. Hubo choque, persecución y quedé un poco herido. Un buen cabro me salvó, alojé en su depa.
 
El domingo apenas me podía mover. El  martes me organicé para ir a hacer los trámites.
Me junté primero con el vendedor de un nuevo cel, uno ultra barato para salvar. Revisé el aparato y lo aprobé, pero sin el chip y otras condiciones no podía medir realmente cómo funcionaría.
 
Fui a #WOM. Una hora y media en cola, sin exagerar. Y entre medio el jefe de la sucursal –que andaba puro dando vueltas- atiende preferencialmente a un amigo suyo (se saludaron de abrazo, fue notorio). Pude comprar el chip, pero a pesar de las promesas hicieron mal la pega y el dispositivo quedó igual inahibilitado, sigue así.
 
#Líder me llama 8 veces al día para que pague la tarjeta. Fui dos veces a pagarla a caja este mes. En ambas me fui porque había una cola enorme. También llevo 2 semanas con varios intentos para pagarla en línea, pero su plataforma es una verdadera basura y funciona por milagro.
 
Hace 2 a 3 semanas atrás hubo un corte de luz generalizado. Cero capacidad de #Enel de comunicar que pasaba y menos tener la deferencia de decir la hora de reposición. Al final fueron 3 horas, sin aviso previo y sin respuesta de la empresa. Es escandaloso, apenas uno se atrasa están encima como felinos del dinero.
 
Yo uso internet #GTDManquehue en la casa. Como una semana antes del corte ya había bajado notoriamente la calidad del servicio. Después del corte, se hizo insoportable. He perdido horas –ya no minutos- llamando a los idiotas.
 
Hoy mismo quería resolver esos tres problemas que me tenían cabreado. Y a eso se suma el problema del cel comprado. Dicen que lo barato cuesta caro. El cel tiene pantalla quemada (que se ve en ciertos ángulos y aplicaciones), la batería cagada (con esos típicos saltos porcentuales de aviso) y lo peor de todo, el puerto de carga está destruido y hay que hacer con una presión molesta y cacharle con sutileza una posición clave. Un culazo de aquellos.
 
Intenté pagar online lo de #Líder y nada. Les escribo en Facebook y en Twitter, menos mal en esta última respondieron aunque tras harto rato, pude hacer funcionar el sistema y pagar.
 
En paralelo ya llevaba varias llamadas a #GTD. Tras que me colgara un ejecutivo –lo mandé a buscar a su supervisor, sin aceptar su discurso pauteado- finalmente me recontactaron, esta vez, con la persona a cargo al auricular. Me impresiona como los ejecutivos call center ya ni parecen personas, ese trabajo hace que pierdas tu humanidad. 
 
El supervisor se presentó de entrada, tenía otro tono y disposición, entendió mi postura sin peros ni chanterías y quedó de mandarme un técnico. Hoy perdí al menos una hora solo con ellos.
 
#WOM ya fue escandaloso. Tienen un Twitter de ayuda que no funciona desde mayo. Les escribí al Twitter normal. Les mandé 5 tuits, sin respuesta. 5 posteos en Facebook, sin respuesta. Ok, pensé. El menú evita que hables con un ejecutivo y no hay nada en línea que te indique ese nivel de contacto (ni foros, ni blogs, ni redes sociales). Partí primero con la opción que yo necesitaba: servicio técnico internet, pero no, la grabadora del menú termina y no hay opción de hablar con una persona. Tras unos 20 minutos y varias navegaciones en el menú descubrí una opción donde al final te permiten hablar con un ejecutivo. Les arruino la sorpresa: la alternativa es del ÁREA VENTAS. 
 
Bueno, que ya me estaban trasmitiendo y me sacan una sonrisa, pero de nuevo, 20 minutos hasta que alguien contestó. Resolvió el problema o lo identificó, pero ahora han pasado 2 horas y aún nada para algo que se suponía inmediato. Además le pedí dejar constancia del reclamo, pero para eso hay que llamar a otro call center. ¿Es broma?
A todo esto, aún después de pagar me siguen llamando de #Lider. Ellos llaman de números fantasmas, imposible bloquearlos.
 
Y terminó el día y no pude hacer ninguna puta mierda de lo que debería haber hecho.
 
Se respondió:
Este posteo es una respuesta al anterior: “Welcome to Chilito”. Les respondería a cada uno individual, pero me di cuenta de una mejor fórmula. Hubo mucha gente que respondió al posteo: en Facebook, en Twitter, Whatsapp, llamadas y mails. Yo no me pude quedar indiferente a todo ello.
 
Primero agradezco de mente, espíritu y corazón a los que leyeron –cuesta mucho que la gente lea-, a los que les generó impacto indiferente al motivo, a los que me quieren y se dieron tiempo de pensar en mí.
 
Me sorprende como de forma automática –o en mi cabeza- se generó de inmediato una clara clasificación del tipo de mensaje enviado y desde que postura-perspectiva venía la respuesta.
 
Son 4 grupos: Los viajeros, los que se elevan en sabiduría moral, los que comprendieron el fin último del relato y los cercanos que exageran en profundidad y un poco de sentimientos.
 
Los viajeros ven lo escrito como un ejemplo de la crisis en Chile y el versus cómo se manejan las cosas en otros lugares del mundo. Ellos entienden el concepto planteado de depresión exógena al regresar, porque la llegada después de viajar harto tiempo es compleja y afecta directamente en la vida de los repatriados. Muchos, no pueden reinstalarse y parten de nuevo afuera.
 
Los que se elevan en sabiduría moral ven el tema como algo cuántico. Y aunque no descarto que haya explicaciones por ese camino, yo he recorrido varias de sus avenidas. 
 
Como que ellos no leyeron -o no  entendieron-  la parte de la flecha pa’ arriba y el cambio energético. Tampoco asimilan que se cuentan datos concretos que son parte de una realidad que TODOS vivimos; como la mala atención de los servicios en general, la crisis institucional en Chile con políticos, uniformados y empresarios recurrentes en tribunales, que millones de personas han salido a las calles a manifestarse por distintos temas este año, que las discusiones en todas las materias están fuera de foco o el paupérrimo escenario chileno en salud, educación y seguridad, entre mucho más. Ellos  se limitaron a la idea de que no importa lo que te pasa, sino como reaccionas a ello. Y eso yo lo sé.
 
Los que comprendieron lo que leyeron. Yo no estoy en depre, ni nunca he sido ni medianamente depresivo. Ellos entendieron que lo cuento son circunstancias, que es un relato a un período donde simplemente se detalla que pasó y como viví eso más cómo una incomodidad presente, latente.5d3cb6717ddb9a8ea0ad558d2ea680cc
 
Y los cercanos, que leyeron mis palabras como si fuera una carta de suicido o algo por el estilo, un pedido de ayuda. No deseo ser ingrato con ellos. Me emociona su afecto y entrega.
Para mí la cosa es más sencilla y no me voy a cansar de repetirlo. Somos compatriotas en un país que está terriblemente mal configurado y todos debemos por obligación ser actores de cambio, revelarnos, hacer lo que esté a nuestro alcance para conseguir ese equilibrio que merece nuestro país, nuestra gente. Lo otro es pasividad y actitud Poncio Pilatos. A ellos, les pido que vean y se rían con la película Idiocracy, porque nosotros vamos directo a eso y quizás solo viendo con humor esta situación entiendan la real profundidad del problema.