Pedir lo que no estás dispuesto a hacer

Ya antes he escrito de ciertas características que tenemos los seres humanos que rozan al límite la hipocresía y el cinismo.

Me llamó la atención una vez cuando unos amigos se molestaron un poco conmigo cuando yo no quise partir, desde el calor del hogar paternal, a una fiesta. El evento en cuestión quedaba muy lejos de mi casa y yo debía irme en transporte público.

En esa época no existían los smartphones, pero el pique era básicamente una hora y media en micro en un horario tope bastante complicado.

Entonces, yo me quedé en casa y preferí no salir. Eso gatilló una ola de bullying que terminó por construir etiquetas alrededor de mi figura, como un tipo flojo. Pero eso no es el tema acá. Lo relevante es que los que más se desagradaron en ese minuto y los que más me molestaron después, eran amigos que iban hasta la esquina en auto.

Desde ahí me quedó la sensación que muchas veces les exigimos al otro cosas que no estamos dispuestos a hacer nosotros. Acciones que planteamos con una liviandad abismante con cero reflexión o consciencia sobre lo que se pide.

El caso es solo un ejemplo. Pero las personas solemos hacerlo. La moral y la vapuleada iglesia cristiana hablan de esto como uno de los mandamientos, pero en el real día a día ¿cuántos pensamos lo que decimos y hacemos?

Prejuicios, hay que evitarlos a toda costa y cada vez que nos pasen, deberíamos ser capaces de evaluarlos y buscar su inexistente propósito para comprender que nada deberíamos presionar al de al lado bajo ninguna circunstancia.

Si te gustó este artículo, ¡compártelo! ¡Gracias!

3 thoughts on “Pedir lo que no estás dispuesto a hacer”