Un boliche para todos

La sanguchería La Inclusiva es el primer local gastronómico del país en definirse completamente como incluso, atendiendo vía señas y braille a discapacitados. Además, contiene ramplas y permiten mascotas.

Su lema es “Porque no existe barrera que te impida comer rico…”. En el restaurante que se ubica en Irarrázaval 3993, Ñuñoa, los garzones manejan distintos lenguajes y el copero es sordo, llevando la integración a un plano transversal. El restaurante también posee una pizarra donde el público de este segmento puede ofrecer sus cualidades.

“Queremos hacer una carta didáctica e interactiva para personas, por ejemplo, para personas con autismo, esquizofrenia, síndrome de down. Las personas que tienen estas discapacidades no tienen lugares dónde ir” cuenta Juan Muñoz, uno de sus dueños –el otro es su cuñado, Fernando Valencia-.

Juan es un hombre que a los 2 años perdió toda la audición de su oído izquierdo por una meniningitis, mientras en el derecho tiene hipoacusia severa profunda. Él estudió gastronomía, pero el mercado lo rechazó por su adversidad. Con audífonos solo escucha un 40%.

“Como había creado el rugby inclusivo, se me ocurrió hacer un restaurante inclusivo”, agrega.

La carta ofrece hamburguesas, jugos naturales, bebidas, menús, almuerzos y colaciones. La especialidad del restaurante es la hamburguesa con papas fritas rústicas o brava y la verdad de las cosas, es que se ven bien re buenas.

El fanpage en este enlace.

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