El feminismo es una causa histórica y no contingente

Una causa contingente representa esfuerzos puntuales en la historia que cambian paradigmas en el corto plazo y que se vuelven intolerables para el pueblo. Son cambios que requieren cierta urgencia social por principios de injusticia. Estamos hablando de la necesidad inalienable de políticas públicas efectivas. Por ejemplo, en Chile, el sistema de pensiones y el sistema de salud son causas contingentes. Corresponden a una realidad del país hoy que afecta transversalmente a su población, no se refieren a elementos de siglos atrás ni nativos, sino a los contemporáneos al fenómeno.

Una forma de levantar esos requerimientos son manifestaciones públicas de cualquier índole; pongámoslo con un ejemplo de la realidad (jun 2018); el caso de las universitarias de la Católica que hicieron una protesta con los rostros tapados y senos al aire. Si el problema de esas mujeres fuese una causa contingente, en teoría, podría ser  una ley de aborto, por ejemplo, la manifestación cumplía sus objetivos.

Vamos más atrás ¿Cuál era el objetivo de esas mujeres? Yo se lo leí a varias en la prensa, líderes y voceras: hacer de conocimiento público la fuerza del movimiento feminista. Eso es ambiguo. ¿Cumplieron el objetivo? Pues no: para un tramo de la población se transformaron en líderes de opinión y ejemplo a seguir que se olvidan. Hablamos en especial de menores de 25 años que evolucionan y modifican sus posiciones rápidamente con el tiempo, sin embargo, la inmensa mayoría del país las catalogó de infantiles, precarias, superficiales y poco realistas. ¿Por qué? Pues es algo sencillo, y es que objetivo y acción no se condicionaban. La fuerza de la causa no está en el ruido, sino en su fundamento. De partida, hacer la protesta a rostro tapado no da mucha confianza ¿Por qué se tapan si están tan seguras de lo que proclaman? ¿Temor? ¿Vergüenza? ¿Vale la vergüenza para cambiar conceptos en un país? Creo que no y acá aparece una cuestión de identidad bien interesante.

Un caso similar fue la marcha femenina, una de las mayores congregaciones públicas en la historia reciente de Chile. Pero en esa marcha, las mujeres cometieron las mismas faltas y actuaron como si la causa fuera contingente. Y las más rebeldes, de nuevo a rostro tapado y mostrando piel ¿Puede una causa sin rostro cambiar la historia? En la marcha expulsaron y abusaron de hombres que se integraron a voluntad por distintos motivos. A las manifestantes les dio lo mismo si el hombre acompañaba a una amiga, si era un luchador de derechos, un curioso o simplemente creyó en la causa. A los hombres, los excluyeron y maltrataron sin razón aparente. Sin argumentos posteriores más que mensajes descontextualizados.

En ese aspecto, llama la atención en Chile que una candidata a diputada por ejemplo, recibe mayor bono en dineros por triunfo electoral que un diputado. O la exigencia de paridad para distintos formatos. Las cotas funcionan cuando están bajo el planteamiento, no sobre él. Esto es, las cotas funcionan cuando son aspectos neutrales, originales y no triviales. Hacerle “favores” al género es muy dañino porque lo que consigues con eso es que se cruza el peso de la balanza al otro extremo, construyendo mayores problemáticas a futuro. Uso la analogía fácil de hermanos: si uno de ellos se queja que el otro virtuoso es el preferido y el padre contempla esta queja y comienza a atender mejor y más al otro hijo. ¿Qué pasa en esos casos? ¿Crees que el niño virtuoso, aún con más herramientas que su hermano, entiende ese sistema de fuerzas? No, él sentirá de inmediato el cambio y la nueva diferencia impuesta.

Esto del feminismo, se trata de sentires.  Una fuerza que en lo social nos deja a todos, hombres y mujeres, un tejado de vidrio. No es que los abusos no sean reales, lo son, pero es el sentir de las mujeres lo que mueve las aguas y no su aspecto inteligente, en cualquiera de las inteligencias posibles, ni siquiera en la emocional. Sé que de inmediato se sienten atacadas u ofendidas por decir esto, pero es no entender desde dónde se dice. La causa feminista en este país está levantada desde la emocionalidad, desde los sentimientos, no desde la razón.

Relativo a esto, cabe observar que la mayoría de los movimientos feministas se han constituido para reclamar por la injusta discriminación que han sufrido las mujeres desde siempre, pero han carecido de la base ideológica adecuada para plantearse el aspecto más profundo de la cuestión. Es decir, no han buscado una revalorización de lo específicamente femenino, sino que tan solo siguen el juego de los hombres, procurando obtener los mismos privilegios que estos se han atribuido –buscar igualar por sobre diferenciarse-. Desde otro ángulo, el feminismo deber promover, y sin ánimo de contienda –esto es LA CLAVE del asunto– las virtudes maternas.

Esto va de la mano de acciones contingentes para eliminar la discriminación en materia de géneros. Este proceso es delicado, sensible y gradual. No mecánico. Y lo considero -y varios autores- un proceso necesario para equilibrar a la humanidad en infinidad de aspectos.

Otro elemento clave es que el feminismo contingente maximiza las causas (o causa) y se apropia de ellas, como si fueran solo de ellas. Una violación a una mujer es igual de violenta, cruda y macabra que una violación a un hombre. El acosos sexual es igual de perturbador para un niño que para una niña. Por ende, el femicidio o el crimen femenino propiamente tal no existe en sus diferencias absolutas, solo en términos de nomenclatura, ya que es una denominación a un crimen de mayor alcance.

En Twitter, muchas veces le he leído a mujeres publicaciones como: “¿existen los hombres buenos? o ¿no te avergüenza ser hombre? Hilos respondidos por miles de mujeres que se sienten las grandes afectadas de la modernidad, sin contemplar el factor especie versus el factor género. Pero ¿Qué pasa con los adultos mayores, las etnias que son minorías o los discapacitados?

En lo personal, en Australia, me despidieron de un trabajo casual porque una mujer asiática de unos 65 años acusó acoso sexual de mi parte, con 29. Cosa que nunca sucedió y que no se pudo comprobar. Fue solo la voz de la mujer lo que me despidió. ¿Crees correcto una voz para imponer justicia? También a nivel personal, me sorprende que todas las mujeres se sienten malogradas (todas las mujeres con las que he sido pareja y todas mis amigas responden a ese sentir de abuso, es chocante, algo no calza) o vulneradas en su vida. También está el efecto del boom de las múltiples sexualidades o el fenómeno de las mujeres macho man tan comunes en el mundo anglosajón que llevan años de delantera respecto a Sudamérica. Entonces, ¿Cuáles son los alcances de un feminismo extremo contingente? Si todas las mujeres sienten que han sido las mayores víctimas de la historia, es imposible y ridículo pensar que es posible de revertir con decretos cortoplacistas y populistas que dejan satisfechos a grupos masivos de la población que en general se mueven o son apoyados por intereses. ¿Qué pasa si una mujer, pongámosle a propósito la etiqueta de feminazi, tiene un hijo hombre? Ella le enseña a odiar su género, es posible que lo haga de manera involuntaria y él probablemente termine con problemas de muchos tipos en su autoestima y su desarrollo sexual. Ella debería enseñarle a su hijo no a odiar, sino a ver el tema de género con principios de equidad y rescatando lo fundamental de cada género. En simple, tampoco como un caballero, eso es otra cara de la misma moneda (machismo histórico). Lo que corresponde y es sano, es que ese niño entienda que su madre lo pasó mal por este tema en su vida y en base a la empatía generar una consciencia apropiada. Pero si a él le transmiten posiciones negativas desde pequeño, así se desarrollaran sus posiciones cuando crezca.

Aunque Las Tesis con su representación “Un violador en tu camino” se hicieron famosas en el mundo globalizado, es una presentación simbólica de alto impacto, tremendamente efectiva para ejemplificar un sentir, sin embargo, representa una visión sesgada y obtusa, bastante binaria, en donde las mujeres son las buenas y los hombres son los malos. Tampoco se entiende -y esto también es un aspecto clave- que es una obra, una presentación de un colectiva artístico y expresivo. En términos formales no es una declaración política, académica o social, a pesar de que si lo es en términos expresivos. Una idea difícil de comprender para muchos.

De hecho, si uno revisa los principios del feminismo en Francia -el país más potente en este tema- ese feminismo no es violento, es de diálogo, es un feminismo filosófico que busca resolver problemáticas prácticas en el conjunto, pero no es un feminismo agresivo de acción como en Chile. 

Por todo ello, una causa es histórica cuando hace referencia a cambios globales, que se suceden en distintas partes del planeta y desde distintas épocas. Estos cambios son transformacionales y no son específicos, sino que modifican la cultura. Es por esto que estos cambios deben ser integrales e integrativos, no seculares y excluyentes.

Si la causa feminista es tan real y potente como creo que debe ser, se transita como un camino, no como una lucha y sus líderes deben de cambiar no opiniones volátiles de un pequeño grupo civil de acuerdo con ellas, sino que deben cambiar estructuras completas, complejas, a largo plazo, que se hereden y consigan perpetuarse y así radicarse en las mentes y vidas de los habitantes. Eso se llama cambios culturales, de cosmovisión, no cambios pasajeros reaccionarios a leyes. Para eso, no sirve tanto mostrar los senos como hacer esfuerzos inteligentes más profundos, en especial, en educación.

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