
Ellas; tipo están
Son las que pueden recibir el beso más intenso de sus vidas y dejar de hablarle a quien se lo dio, porque desconfían del placer que sienten al recibirlo.

Son las que pueden recibir el beso más intenso de sus vidas y dejar de hablarle a quien se lo dio, porque desconfían del placer que sienten al recibirlo.

Distante y fantasma, me ven, pero no existo.


Y ante esa ceguera humana es como podemos creer alcanzar ese lugar, pero la verdad es una ilusión y lo peor es que siempre lo será.

Solo hay que contemplar, abrir ojos y oídos que la prepotencia y las chantadas se hacen sentir.

Me percaté y comencé a contar las parejas que se ponían a besuquearse en el metro.

La soledad era horrenda, hostil, monstruosa, dueña de mis segundos, dominaba los perímetros de mi realidad.

Militares uniformados se veían por las calles y la gente caminaba con las orejas alertas.

Pasan los minutos arrasados por las semanas y éstas por los meses. La tensión presente como una mosca merodeando sobre tu nariz. Molesta, nadie la quiere.
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