Un ser quien soy antes de…

Es primera vez en mi vida que escribo a una mujer que no conozco. Y es que, hay expectativas formadas y consolidadas en esta alma en pena; de poeta sin diva, de amante sin amor.

Como le dije a ella, yo quiero y mi corazón espera que este experimento de química funcione. Quiero que resulte algo de este enlace que me inquieta, como las hermosas historias platónicas que escribo o que leo con añoranza. En mi profundo ego, ella debe comprender que nunca me entenderá y saber los rasgos fundacionales de un ser quien soy. No es un azar, no creo en la suerte.

Nací en una familia que amo, hace 35 años. En una época de sacrificio para todos sus pares, mis padres fueron jugadores ganadores de esfuerzo y, por ello, gracias a ello, yo de pequeño no compartí con la necesidad. Pero la miseria que conocí pronto y el paradigma del exitismo superficial que proyecté, configuraron mi cosmovisión a temprana edad. Me auto crié en máxima austeridad cínica y crecí conceptualizando una lucha.

Mis padres llevan 38 años de casados. Yo aprecio ese nivel cotidiano como cuando a veces discuten o se molestan entre ellos sin culpas ni exagerado daño artificial. Mi padre todavía pasa cerca de ella y le acaricia la cintura con deseo y le roba un beso cruzado. Y ese increíble triunfo en pareja lo he tratado de llevar a mi intimidad, sin términos medios. Es posible que el ideal haya perjudicado mis relaciones. Los fracasos humeantes en mis recuerdos han maltratado mi fe en el amor verdadero y decepcionado, he congelado mi pasión. Lazos no han funcionado antes; he sido un mal arquitecto en este sentido, aunque un notable constructor en otros.

Las mujeres se aburren o chocan con: mi pensamiento crítico y mi lengua fulminante que me cuesta moderar; Con mi carácter fuerte y explosivo temperamento; Con mi rebeldía obtusa e intransigente que no acepta autoridad; Con mis ideas complejas que intentan aterrizar a sus limitados universos cuadrados; Con mis formas de torpeza social y de mal protocolo; Con mi autismo que no asumen y desafían con animadversión. En fin, ningún argumento de peso para mí, que impida construir una relación mágica, sólida como un castillo medieval. Ningún elemento que no haya superado hoy el tipo que quiere ser.

Las mujeres se enamoran de: mis letras que consiguen hacerlas volar en mariposas y hace correr la sangre en sus venas; De mis masajes sensuales que mis manos disfrutan por igual; De mi abanico en conocimientos y fortaleza intelectual; De mi talento creativo que desordena estructuras; De mi mente sinéctica que encuentra lo que algunos buscan; De mi familia de entrañas, auténtica como tal; De mi actitud a momentos poderosa y en otros, encantadora; De mi coquetería espontánea cuando se trata de seducción. De mí mirada intencional que las pone nerviosas; De mis toques inapropiados que luego extrañan; De mis besos apasionados que las hace sentir; De mi atención cariñosa aduladora de género; De mi risa escandalosa, por ser única.

Soy un resentido social del bando contrario. No creo en las distinciones entre iguales y reacciono con descontrol ante la injusticia social. Decidí ser un actor en mi propia causa bajo mis principios. Decidí hace décadas hacer lo que creía correcto a pesar del entorno en la eventualidad contraria. Rechazo el perfil aspiracional, que forma a personas materialistas, mediocres y configura el mito de la clase media. Soy anormal para la galería y opuesto al sentido común de los corderos en masa. Me gusta aprender y soy como un niño de la metafísica. También y más aún, soy un devorador de libros. Toco acordes hace 5 años en mi ukelele de caoba regalón. Me digo a diario frases sabias en voz alta, hace años. Siempre he querido ser mejor, pero soy tonto en ocasiones y me frustro fácil. Creo en la energía y en lo natural. Detesto mi barriga y las modas. Adoro el lunar en mi mano derecha que me hace un modelo original. Disfruto cocinar, experimentar sabores y más aún, me entusiasma el rostro que ha saboreado mi preparación y lo expresa. La paso bien al bailar y menear mi trasero como si volumen tuviera. Soy sencillo, pero selectivo. Necesito la ducha diaria sino me siento incompleto en la rutina. Camino sereno por horas en la ciudad y prefiero la natación cuando hago deporte. Hablo como un pordiosero diría mi abuela, pero son solo los garabatos que me entretiene pronunciar. Mi crié soñándome italiano y cuando eso se hizo realidad, ya era un amante de mi Chile querido. Soy un hombre contradictorio, irregular y tozudo, de buenas intenciones si vale la excusa. Soy ultra sensible y perspicaz, pero poco asertivo en realidad, aunque difícil de engañar. Siempre respondo cuando me preguntan. Soy verás y la mentira propia me hace sonrojar. Me fascina que me toquen manos suaves femeninas y celebro con orgullo interno al causar admiración o respeto. Me han tildado de mucho, poco que me represente, pero de entre esas cosas puedo ser soberbio, narciso o ególatra sin intención. Ahí me gusta cuando me detienen y lo hacen con afecto, con palabras en ternura a un oído vulnerable al tono y ritmo del amor. A veces me pasa estar molesto incapaz de encontrar el porqué. En ese sentido, tengo mucha evolución por perseguir. Soy algo sordo y este año me planeo revisar, quizás es una condición a futuro para considerar. El rock es un factor capital de mi personalidad.

Tengo mis vicios como cualquier escritor que se precie y estoy lejos de cualquier atisbo de perfección que el vulgar sistema imponga. Soy más bien un hombre laberintezco que quiere ser el hombre que quiere ser y amar a la mujer que esa mujer quiera ser.

Si te gustó este artículo, ¡compártelo! ¡Gracias!

3 thoughts on “Un ser quien soy antes de…”

  1. At the beginning, I was still puzzled. Since I read your article, I have been very impressed. It has provided a lot of innovative ideas for my thesis related to gate.io. Thank u. But I still have some doubts, can you help me? Thanks.

  2. I may need your help. I tried many ways but couldn’t solve it, but after reading your article, I think you have a way to help me. I’m looking forward for your reply. Thanks.